SaaS: ¿Por qué comprar un servicio y no un producto?
SaaS, iniciales de Software As A Service (Software como un servicio en la nube), describe un modelo de éxito a día de hoy, y que se espera siga creciendo exponencialmente en los próximos años.
La mejora de la conectividad a Internet, la alta disponibilidad y movilidad, y la necesidad de estar en todo momento actualizado, hace que hoy por hoy, las empresas apuesten por comprar un servicio, no un producto.
Hace poco hemos visto como Microsoft ha lanzado su nuevo sistema operativo, Windows 10 con este nuevo modelo SaaS, y ha dicho que este sería el último sistema operativo que iba a lanzar como tal.
¿El motivo? Al ser un software en la nube, está constantemente actualizándose. Ya no es necesario lanzar paquetes de mejora como dos meses, ni lanzar un nuevo sistema renovado cada año. Con el modelo SaaS es posible actualizarse de forma inmediata.
¿Alguien imagina que al comprar el último modelo de coche, la marca nos diese el compromiso de mejorar el coche constantemente? El próximo año, nuestro coche ya no sería un año más viejo, seguiría siendo el último modelo del mercado!
Hoy en día, en las empresas se están reduciendo los departamentos IT, y el software en la nube, permite una gestión más sencilla, gracias a recursos IT externos.
Por otra parte, este modelo de suscripción basado en la nube, permite a las empresas adaptarse a sus necesidades de consumo de forma inmediata. Si la empresa crece, el software crece con ella. Si la empresa tiene fases donde necesita reducir recursos, esto no es ningún problema con el modelo SaaS.
Según Gartner, pronto el cambio a la nube será obligatorio. Según una nota de prensa reciente de la empresa:
«En 2020, una política corporativa «no nube» será tan raro como una política «no internet» hoy en día.»
Parafraseando a Paul Romer, ¿qué sostiene el crecimiento económico de las empresas en un sistema caracterizado por la disminución de los recursos? La respuesta: La manera en que las empresas saben aprovechar las ventajas de la tecnología.